¡Buenos días!
Me cuesta escribirlo, pero el día de hoy es el último de nuestra expedición ugandesa. Estamos algo tristes porqué la semana ha pasado muy rápidamente, pero lo que hemos visto en este periodo ha valido sobradamente la pena.
Habiendo hecho trekking para encontrar chimpancés y gorilas de montaña en su hábitat natural, pensaréis que poco más debe quedar por ver, pero nada más lejos de la realidad. El país ofrece otras muchas alternativas muy interesantes, como visitar alguno de sus otros parque naturales, aprovechar las oportunidades de avistamiento de aves (birding), visitar sus múltiples y emblemáticas cascadas o el mismísimo Nilo, por poner algunos ejemplos. Con toda esta oferta, nosotros hemos optado por invertir nuestro último día en entender algo más el día a día de los habitantes de la zona rural. Con este objetivo hemos realizado una excursión por Bwindi con cinco visitas programadas:
Me cuesta escribirlo, pero el día de hoy es el último de nuestra expedición ugandesa. Estamos algo tristes porqué la semana ha pasado muy rápidamente, pero lo que hemos visto en este periodo ha valido sobradamente la pena.
Habiendo hecho trekking para encontrar chimpancés y gorilas de montaña en su hábitat natural, pensaréis que poco más debe quedar por ver, pero nada más lejos de la realidad. El país ofrece otras muchas alternativas muy interesantes, como visitar alguno de sus otros parque naturales, aprovechar las oportunidades de avistamiento de aves (birding), visitar sus múltiples y emblemáticas cascadas o el mismísimo Nilo, por poner algunos ejemplos. Con toda esta oferta, nosotros hemos optado por invertir nuestro último día en entender algo más el día a día de los habitantes de la zona rural. Con este objetivo hemos realizado una excursión por Bwindi con cinco visitas programadas:
- Visita a una plantación de café, una de bananas y una de té.
- Visita a la tribu pigmea (batwa).
- Visita al hospital de Bwindi.
Con esta idea en mente nos hemos levantado algo antes de las 7 para cerrar la maleta y realizar nuestro último desayuno en el maravilloso Mahogany Springs, el mejor hotel del viaje por sus instalaciones y la calidez de su personal. También hemos aprovechado para despedirnos de la familia Hammer y, con todo esto, a las 8 hemos empezado la ruta. Nos han presentado dos guías, Gerard y Tyson, que se han encargado de pasearnos a lo largo y ancho del poblado.
- La plantación de Café - la primera parada ha sido en casa de una familia que vive de la
producción de café. Al llegar, los cinco hijos y algunos de sus amigos nos esperaban con perplejidad. Como nos han dado permiso para hacer fotos tanto mi madre como yo nos hemos puesto a fotografiar a los niños mientras su madre preparaba los granos de café. Ha sido divertido porqué posaban, te miraban para que les enseñaras la foto, se reían y volvían a posar. También les hemos dado algo de chocolate que llevábamos para la ocasión, así como algunos globos. Pero volvamos al café:
producción de café. Al llegar, los cinco hijos y algunos de sus amigos nos esperaban con perplejidad. Como nos han dado permiso para hacer fotos tanto mi madre como yo nos hemos puesto a fotografiar a los niños mientras su madre preparaba los granos de café. Ha sido divertido porqué posaban, te miraban para que les enseñaras la foto, se reían y volvían a posar. También les hemos dado algo de chocolate que llevábamos para la ocasión, así como algunos globos. Pero volvamos al café:
- Inicialmente se planta la semilla del café y cuando la planta ha crecido alrededor de 20 centímetros, ésta se trasplanta y se deja crecer durante 3 años.
- Cuando la planta del café da su fruto, los granos -rojos- se recogen y se dejan secar al sol durante unas dos semanas, hasta alcanzar el característico color marrón.
- Luego se pasan los granos por una prensa artesanal de madera que separa los granos y la cáscara. Posteriormente se separan las cáscaras del grano haciéndolas "saltar" hasta sacarlas de la cesta -las cáscaras pesan menos y así-.
- Finalmente se calientan los granos de café resultantes y, cuando están calientes, se muele el grano con un mortero gigante -algo más pequeño que un bate de béisbol- hasta conseguir el polvo de café.
El motivo por el que no se vende directamente tras el secado es que en ese estado se vende por menos de 1 dólar/kilo mientras que en polvo se vende a un mínimo de 2 dólares/kilo aproximadamente. Además de explicarnos el proceso nos han ejemplificado cada paso e incluso me han hecho ayudar en la fase de prensado y de molido. ¡Y obviamente nos lo han dejado probar! He de reconocer que el café era bueno, pero dista mucho del café Keniata o de cafés como el Colombiano. Antes de marchar hemos pedido si nos podían empaquetar algo de café para llevar, aunque luego nos hemos arrepentido un poco. Pero eso os lo contaré luego.
- La plantación de Bananas - la segunda estación de la ruta ha sido en otra casa cercana, cuya familia trabajaba la banana para obtener diferentes productos. Y pensaréis... ¿qué más se puede hacer con una banana que venderla como fruta? Pues seguid leyendo.
- Además de recoger y consumir las bananas -en esta zona para consumo propio, raramente se venden- se pueden producir dos elaboraciones interesantes con esta fruta. Cabe decir que la banana es un ingrediente muy recurrido en la cocina ugandesa.
- El primero es la cerveza de banana. Para hacerla se hace un gran agujero en el suelo y se cubre con hojas de bananero secas grandes y pequeñas que se encenderán para hacer de brasa. Luego se ponen las bananas cubiertas por hojas frescas y se entierra todo durante 5 días. El tercer día se debe revisar si el racimo de bananas ha ido cambiando de verde amarillo y, de no ser así, se debe cubrir mejor y añadir más calor. Este proceso acelera la maduración de la banana. Posteriormente se extraen las bananas, se pelan y se lanzan en una especie de bañera de madera donde los trabajadores las pisarán para extraer su jugo -¡como las uvas!-. El último paso será añadir el zumo de banana en una botella con algo de agua, añadir el fermentador (Sorghum, algo tostado) y esperar dos días. ¡Ya tenemos cerveza!
- El segundo es la ginebra de banana. En este caso se pone la cerveza de banana en una olla gigante y se calienta, conectándola con un tubo para proceder a destilar el alcohol. En un día ya tendremos nuestra ginebra. Lo probamos y sabe más a tequila que a ginebra, pero es delicioso. Nos han comentado que si haces gin no hace falta que lo vayas a vender, los locales cercanos te vienen a buscar.
- La cerveza de banana la toma la gente muy joven o muy mayor, mientras que el gin de banana es la bebida de edad intermedia (tiene 40-45 grados).
- La plantación de Té - tras catar la ginebra de banana, hemos seguido nuestro trayecto hasta las plantaciones de té. Si bien no era costumbre cultivar té en este país, la colonización inglesa trajo este hábito de la mano -aunque originalmente es una planta china-. En Uganda se cultiva el té negro y, si bien fueron forzados a hacerlo, hoy lo consideran un negocio provechoso que se pasa de generación en generación.
La recolección es delicada y se debe coger poco a poco, siempre dos hojas y el tallo -si se coge una tercera hoja se dice que es de mala calidad-. Se suele pagar a medio dólar el kilo, y se recoge por la mañana para que pese un poco más (puesto que acumula agua). Cuando la hoja decae en calidad se poda la planta y se espera un tiempo a que recrezca la de buena calidad. Existen tres categorías de té: la primera se exporta y las otras dos se consumen localmente. Nos han comentado que el café da más margen -y pesa más- por lo que algunas familias prefieren esto último como cultivo principal.
- La tribu pigmea - los batwas, como se les conoce localmente, son una tribu que originalmente vivía en la jungla, de altura muy limitada (1'50-1'60 aproximadamente). Antes del 93 vivían en la jungla, siendo grandes cazadores por su reducida altura que limita que los animales los vean, además de sus habilidades de camuflaje. Se pueden encontrar principalmente en el Congo, Ruanda, Burundi y Uganda, y se estima que hay entre 9.000-12.000 en el país (de entre 36 millones de ugandeses). Se les echó de los bosques porqué cazaban gorilas -por protección, dicen-, lo que era contrario a los intereses de la especie y del gobierno.
La recolección es delicada y se debe coger poco a poco, siempre dos hojas y el tallo -si se coge una tercera hoja se dice que es de mala calidad-. Se suele pagar a medio dólar el kilo, y se recoge por la mañana para que pese un poco más (puesto que acumula agua). Cuando la hoja decae en calidad se poda la planta y se espera un tiempo a que recrezca la de buena calidad. Existen tres categorías de té: la primera se exporta y las otras dos se consumen localmente. Nos han comentado que el café da más margen -y pesa más- por lo que algunas familias prefieren esto último como cultivo principal.
- Una delegación de la tribu nos esperaba cerca del río, donde paseamos anteayer. Nos recibieron con una danza típica y nos invitaron a bailar, algo que hicimos encantados. ¡Son grandes bailarines, grandes y pequeños!
- Posteriormente nos hablaron de sus costumbres, a través de nuestros guías, y nos enseñaron como encendían el fuego con facilidad.
- Finalmente nos enseñaron diferentes muestras de artesanía local para que pudiéramos comprar algunas, dando soporte a la comunidad.
- También les trajimos algo de libretas, colores, globos y algo de chocolate. ¡Les encantó! A algunos de ellos también les fascinaban las fotos, con lo que posaban y, una vez fotografiados, pedían verla. ¡Sobretodo los pequeños!
Entre la tribu y el hospital nos esperaba una caminata de 15-20 minutos. Pasamos por distintos campos de té y por un pequeño poblado. Me comentaron que los terrenos en Uganda se dejan siempre a los hijos para evitar que al casar a las hijas el terreno pase a otras familias. Añadir que se nota que el turismo beneficia a la comunidad porqué el trato al turista es muy bueno y la gente te saluda al pasar. En el camino Tyson nos hizo una clase rápida de Rukiga, la lengua local más allá del suajili -tenéis más palabras en esta guía, pág.14-
- El hospital de Bwindi (link) - este hospital se abrió en el 2003 para cubrir las necesidades médicas de las tribus de pigmeos (batwa) que habían sido desplazados de los bosques, viviendo en extrema pobreza y siendo afectados por la misma. Inicialmente era una cabaña bajo un árbol pero fue evolucionando hasta lo que es hoy. Hoy brinda servicios de salud y educación a todos los habitantes de la zona, incluyendo unas 100 villas y 60 escuelas secundarias. Enseñan los básicos de salud y nutrición, incluyendo cursos de distinta índole (como cursos de alimentación sana para niños). Como comentaba antes, también se benefician de los permisos para visitar gorilas. De hecho ofrecen un servicio de "seguridad social" financiado por estos beneficios y aportaciones de los líderes de la sociedad locales. Cada individuo paga 5 dólares al año (aproximadamente), una tarifa muy reducida por consulta y un cuarto del coste del tratamiento. Mayoritariamente tratan enfermedades respiratorias, malnutrición y VIH -que afecta un 13% de la población-. Tienen 112 camas, 5 doctores (3 son voluntarios de USA o Europeos) y ofrecen instalaciones para que los familiares puedan residir por periodos limitados. La visita ha sido muy interesante, centrándonos en el área de tratamiento infantil y el edificio principal. Me ha parecido un ejemplo precioso de como la comunidad se puede ver beneficiada realmente por el turismo.
Tras 3 horas y media hemos acabado la ruta por Bwindi y hemos vuelto al hotel por última vez. Allí nos han entregado el café que habíamos pedido en la plantación, ¡a precio de oro! Es la única vez que nos hemos sentido algo estafados en el viaje, uno no se puede confiar nunca :-)
Tras despedirnos, David nos ha acompañado hasta el aeropuerto de Bwindi, donde hemos cogido una avioneta que nos ha llevado hasta Entebbe, llegando hacia las 2 de la tarde y desplazándonos inmediatamente al hotel. El resto del día lo hemos dedicado a descansar, comprar algún souvenir en una tienda local donde me utilizaban de calculadora, avanzar blog, nadar en la piscina -¡por fin!- y picotear algo en el buffet de la misma.
Hacia las nueve y media hemos bajado a cenar por última vez en el 2016. Nos ha sorprendido porqué en el hotel no hacían ningún tipo de evento especial y, de hecho, éramos muy pocos comiendo. Para variar había poca luz, algo frecuente en Uganda. Hemos aprovechado para tomar nuestra última sopa ugandesa así como algunos platos de la gastronomía local. A medianoche nos hemos concentrado en la habitación de Laura para ver el cierre del año en la cadena local (NTV). Aquí se ha notado que Uganda aún vive en el pasado, ¡había dos retransmisiones distintas y no tenían sincronizados los relojes! ¡Con lo que una ha celebrado el paso al nuevo año dos minutos antes que la otra! Como no había campanadas hemos utilizado una grabación de youtube para poder tomar nuestra docena de conguitos / trozos de plátano, ¡no hemos encontrado uvas!
Tras la celebración hemos descansado una hora y nos hemos dirigido al aeropuerto, nuestra última parada del viaje, donde nos hemos despedido de David con el que hemos conectado muy bien estos días. ¡Una pena volver! Han sido cinco días muy intensos, y dejamos atrás un mar de experiencias y grandes sensaciones. Estoy seguro que volveremos.
Aprovecho para daros las gracias por haber seguido el blog, ¡esperamos que la experiencia os haya resultado entretenida! Mañana publicaré un pequeño resumen del viaje y algunas recomendaciones que os puedan ser de ayuda.
¡Un abrazo enorme!
Pd. Algunas de las fotos de hoy son de mi madre, ¡se está convirtiendo en una excelente fotógrafa!